AUTARQUÍA, SOBERANÍA Y FUENTES DEL DERECHO[1]
di Félix Adolfo Lamas

II.- LAS IDEAS CENTRALES DEL PENSAMIENTO POLÍTICO CLÁSICO

1.- Pólis, constitución y régimen

La pólis es la comunidad compleja autárquica o perfecta[8]. Con la expresión “comunidad compleja” entiendo una comunidad de comunidades: familias, municipios y -diríamos hoy- demás comunidades sociales, económicas o culturales infrapolíticas. De la idea central que opera como última formalidad de esta definición, es decir de la autarquía o perfección, se hablará más abajo. Lo que opera como forma inmanente es el régimen; su forma extrínseca -modelo racional imperativo- es la ley (nómos). Ambos, régimen y ley, son formas dinámicas ordenadas a la autarquía o perfección, que opera como fin. La materia de la que está hecha y se hace la pólis (ex qua) es la comunidad de comunidades misma, o el pueblo; la materia in qua son los hombres, como sujetos racionales (personas) que ónticamente sustentan la realidad de la pólis; y la materia circa quid es la realidad espacial (en especial, el territorio) y las demás realidades físicas o materiales (recursos naturales y económicos). La causa eficiente es la homónoia (concordia política), entendida -de acuerdo con ARISTÓTELES- como amistad utilitaria, natural y objetiva, en torno de las cosas necesarias para la vida humana[9].

La constitución se identifica con el régimen (politeía) de la comunidad política o comunidad perfecta o autárquica en lo temporal; sea que se entienda el régimen -propiamente dicho- o la constitución como forma intrínseca; sea que se entienda el régimen y la constitución como ley (nómos) suprema (modelo racional, idea o forma ejemplar). Y el régimen, dice ARISTÓTELES, es la distribución de las magistraturas -es decir, de la autoridad o potestas regendi (para usar ya una expresión escolástica)- en la pólis[10] .

La constitución, pues, tanto como ley cuanto como forma intrínseca, no es otra cosa que el orden de las magistraturas en la pólis en función del bien común; orden que es triple:

a) En primer lugar, es un orden racional y real al bien común, como a su principio supremo en su orden. Bien común que es un bien humano, y que debe realizar o actualizar los tres niveles de perfección de la vida (bíoi) que enuncia ARISTÓTELES[11].

b) En segundo lugar, es un orden entre sí (distribución de jurisdicciones y competencias) de fines y potestades, según el principio de subsidiariedad[12].

c) En tercer lugar, es un orden a los súbditos o regidos (hombres y comunidades infra-políticas), como el orden de la forma a la materia. En este caso, la causa material a su vez es triple: materia ex qua, que se identifica con el pueblo, entendido como comunidad de comunidades; materia in qua, que son los hombres mismos, como sujetos que ónticamente sustentan la realidad de la pólis; y materia circa quid, ámbito en el que se verifica la vida de la pólis y sobre el que recae la regencia y la realización del bien común.

Ahora bien, dado que es en razón de este fin y principio -el bien común- que la pólis se dice autárquica o perfecta y se justifica la potestas regendi y el régimen en su conjunto como norma o como forma, conviene detenerse en el concepto de autarquía.

2.- La autarquía

2.1.- La palabra “autárkeia”

La palabra autárkeia está compuesta por dos vocablos: autós y árkios.

Autós, significa “el mismo”, y puede tener un sentido reflexivo.

Árkios significa, en su primer sentido, “aquello que descarta el mal”, “que asegura”; de ahí, “lo que es suficiente”[13]. El verbo arkéoo, a su vez, quiere decir “asegurar”, “ser suficiente o necesario”, “estar bien”, etc.[14].

Autárkeia (autarkíee), pues, significa (en modo semánticamente abstracto) la cualidad de lo que se basta a sí mismo o que existe -o subsiste- por sí y para sí mismo. Autárkees es el término concreto respectivo, y autarkéoo el verbo correspondiente[15].

2.2.- El registro de la palabra en el pensamiento de Platón

PLATÓN usa a veces la palabra en el sentido de capacidad de procurarse los bienes necesarios para la vida; así, por ejemplo, afirma que los individuos se agrupan en la pólis porque carecen de autárkeia en tanto no pueden procurarse las muchas cosas que necesitan[16].

En El Político, en cambio, la autárkeia se atribuye a la capacidad o potencia que tienen los ángeles -en el marco del mito de Krónos- para cumplir por sí mismos la misión de gobierno del mundo que les fuera asignada por la divinidad[17].

Pero, en sentido estricto, la autárkeia es la propiedad del bien en sí mismo[18], en tanto es perfección plenaria autosubsistente y, por consiguiente, de aquél que ha alcanzado la felicidad. Se establece así con claridad la relación esencial entre autárkeia, perfección, bien en sí, felicidad y finalidad. Éste debe ser considerado el punto de partida conceptual de ARISTÓTELES.

2.3.- El concepto de autárkeia según Aristóteles

De los muchos lugares en los que ARISTÓTELES usa esta familia de palabras[19], he de considerar dos grupos, que estimo como los más importantes; el primero de ellos corresponde a la Ética Nicomaquea[20], el segundo a la Política[21].

En la Etica Nicomaquea, ARISTÓTELES menciona la autárkeia al comienzo (L. I) y al final (L. X). Ella es el bien perfecto, es decir, lo que es deseable por sí mismo, el fin último, y la felicidad, que se identifica con el acto perfecto de contemplación (y amor) de aquello que es en sí mismo lo más perfecto: Dios[22]. Ahora bien, y esto es de la mayor importancia para entender el núcleo de su pensamiento, no es la naturaleza humana la que es autárquica[23], sino el fin del hombre en cuanto es espiritual, es decir, en tanto hay en él algo separado[24]: el noûs.

En la Política, el texto que da aparente fundamento a TRICOT para afirmar que la autárkeia es la independencia económica, es decir, la suficiencia para satisfacer las necesidades del conjunto social, es el que dice: “la autarquía consiste en estar provisto de todo y no carecer de nada”[25]. Pero en ese pasaje, ARISTÓTELES se limita a explicar qué quiere decir el término cuando se aplica como adjetivo al territorio, como surge manifiestamente del contexto; de modo semejante, en líneas anteriores, había hecho referencia a la autarquía de la población[26]. Y no cabe duda de que se trata de condiciones de la autarquía de la pólis. Pero la clave del concepto hay que buscarla en el Libro I, que sigue puntualmente el orden de ideas de la Ética. Allí se caracteriza la pólis como “comunidad de aldeas” que es propia o máximamente autárquica[27]; e inmediatamente después, se refiere esta autarquía o autosuficiencia al fin, que no es el mero vivir, sino el vivir bien, es decir, la felicidad o eudemonía[28]. En forma contundente, afirma: “..el fin es lo mejor; y la autárkeia es un fin y lo mejor”[29].

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